CINCUENTA PROFESIONALES DEL SECTOR DE LA ATENCIÓN A LAS PERSONAS HAN PARTICIPADO EN EL CURSO DE FORMACIÓN DE DIRECTIVOS ORGANIZADO POR ACALERTE EN EL QUE HAN ADQUIRIDO HERRAMIENTAS PARA LA GESTIÓN Y EL DISEÑO DE PROGRAMAS QUE PERMITAN MEJORAR LA CALIDAD DE VIDA DE LAS PERSONAS USUARIAS DE LAS RESIDENCIAS Y CENTROS DE DÍA DE LA COMUNIDAD.

Cincuenta profesionales de los Servicios Sociales han recibido hoy de manos del director general de Familia, Pablo Rodríguez, el diploma acreditativo del Curso Superior de Directores de Centros de Servicios Sociales de Castilla y León que se ha celebrado en el Centro Regional de Formación de la Junta de Castilla y León, CREFES, entre otras sedes durante 2018.

Se trata de un programa innovador que ha contado con profesionales de la docencia de prestigio nacional, entre los que se han encontrado Aitor Pérez Artetxe, con más de 25 años de experiencia en diseño y gestión de servicios sociales y socio-sanitarios, el director de los centros Lacort, José María Delgado en el que se los profesionales han adquirido herramientas para la gestión comercial en residencias, el envejecimiento y los Servicios Sociales, las habilidades directivas, la gestión comercial o la ética aplicada a la gestión a los Servicios Sociales.

Un curso impartido por la Federación Castellano y Leonesa de Atención a la Dependencia Acalerte que pretende con el mismo formar y mejorar la calidad de la atención, así como permitir a los centros residenciales adaptarse a la normativa vigente.

NUEVO MODELO. Una de las prioridades de este curso ha sido la de dotar a los directores de centros residenciales de las herramientas necesarias para mejorar la atención a las personas y ofrecer recursos a los profesionales.

Ha destacado el módulo de ‘Atención Integral centrado en la Persona’ que va más allá de la atención, se atiende a las necesidades del individuo y abarca también al contexto del que forma parte.

El curso ha ofrecido técnicas para trabajar con patrones de comunicación, los vínculos relacionales y también cómo adaptar la realidad de la residencia al nuevo modelo, desde los trabajadores, hasta los familiares, comenzando por lo más importante: LA PERSONA.

El nuevo modelo parte de que le atención a la persona con dependencia es correcto, y  partir de ahí, el modelo busca otras miradas, otros enfoques, para ir más allá de dar respuesta a las necesidades básicas, teniendo en cuenta las preferencias y el estilo de vida previo y, con todo ello, garantizar al máximo los derechos de las personas.

Para desarrollarlo, de forma paralela se han celebrado dos programas concretos sobre ‘Cómo elaborar la historia de vida y el proyecto de vida de un residente’, pasos fundamentales en el nuevo modelo.

El objetivo principal de la ‘Historia de Vida es para emplearla’ como herramienta para la personalización de la atención, para dispensarla en coherencia con el proyecto de vida de cada usuario donde la persona participe y ejerza el control de su situación.

Como explica Diego Juez, presidente de Acalerte “el Modelo en Mi Casa, es el futuro y no hay marcha atrás en su aplicación. Además, es un programa que no sólo se adapta a las necesidades de las personas usuarias, sino que tiene un grado de satisfacción muy elevado entre los profesionales y a diferencia de lo que muchas se cree no baja el ratio de personal en los centros, al contrario, hace que los mismos trabajen de forma personalizada con los mismas personas mayores de los centros logrando una mayor calidad en la atención”.